EMILIO

Os presento a Emilio, el esqueleto de Tanja (mi profesora de Técnica Alexander) con el que he aprendido muchísimas cosas de mi cuerpo.  Primero os presento a la rodilla derecha de Emilio junto con una radiografía de mi rodilla izquierda hecha en febrero de este año. ¿Quedan bonitas las dos juntas verdad?

Mirando a Emilio me he percatado de algo que ya sabía pero que no tenía asimilado. Mis dedos continúan hasta mi muñeca y tanto les pasa a los de las manos como a los de los pies, lo que significa que el movimiento de mis dedos del pie son muy importantes para tener una buena base cuando camino.  Como ya os comenté desde que comencé a hacer la Técnica Alexander he notado que los dedos de mi pie izquierdo han ido estirándose y que mi base va aumentando.

 
Otro gran descubrimiento que he hecho con Tanja, es que la cabeza del fémur no está en mi cadera, sino que está mucho más adentro, esto hace que cuando camino visualizo el movimiento es muy diferente a como lo he hecho siempre.

Tercer descubrimiento importante que me enseñó Emilio y Tanja, la cabeza se une a nuestra espalda muy arriba, detrás de la mandíbula, esto hace que al entender como se mueve el movimiento de la cabeza y con ello el movimiento de toda la espalda sea muy diferente. Por lo que he ido entendiendo esta unión y el alargamiento de esta, es una base muy importante de la Técnica Alexander, de donde salen muchos movimientos que afectan a toda nuestra espalda.

Si quisiera podría estar enrollándome mil años con todas las cosas que estoy aprendiendo con Tanja del funcionamiento de mi cuerpo, cosas que tendrían que enseñarnos en el colegio de pequeñitos para poder aprender a movermos, a sentarnos, a andar, a escribir, a comer, a tocar instrumentos, a subir escaleras, a frenar con la moto sin subir los hombros, a hacer fotos sin subir los hombros, a reírnos sin apretar el culo y así evitar muchísimos malos hábitos que nos acaban lesionando.