Taller de muñecos, toca arreglar las cabezas y brazos de mis pobres muñecos.
Hasta hace muy poco los tenía encima de la visera del monitor del ordenador, era ya casi un juego, persona que entraba en mi habitación los tiraba, se desmontaban y provocaban un minuto de verguenza y apuro.
Hasta que decidí darles un poquito más de dignidad, aunque fueran más aburridos, ahora tienen su propia caja estantería. Aunque parece que sigan mirando desconfiados hacia sus colegas.
:)
ResponEliminaCreo que a tí también se te cayeron, ;-)
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