En Barcelona
no hace frío, excepto una semana al año y yo no soy precisamente
friolera, pero es tener estropeada la caldera y pasar un frío
impresionante. Que mala es la mente, cuando no tienes algo lo echas
muchísimo a faltar.
Un mes sin calefacción, llamando a un sitio, llamando a otro, diciéndole a uno, hablando con otro para intentar que no vuelvan a tomarte el pelo con una factura que no sabes si es real.
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